Piedra de ónix
Los romanos usaban el nombre de ónice para una variedad de piedras, como el alabastro, la calcedonia y lo que ahora se conoce como mármol de ónix. Los soldados romanos portaban talismanes de sardónice grabados con héroes como Hércules o Marte, dios de la guerra. Creían que la piedra haría que el usuario fuera tan valiente y atrevido como la figura tallada en ella. Durante el Renacimiento, se creía que el sardonyx aportaba elocuencia al usuario y los oradores y oradores públicos lo consideraban de gran valor.